Qué es?
Es un tratamiento de baja complejidad que consiste en colocar una muestra de espermatozoides en la cavidad uterina en el momento preciso de ovulación de la paciente.
En primera instancia, la paciente debe tener al menos una o ambas trompas uterinas permeables (estudiadas por histerosalpingografía o videolaparoscopía). Este es un aspecto definitorio para poder indicar este tipo de tratamiento.
Las pacientes que más se benefician suelen ser menores a 35 años, con buena reserva ovárica, y espermogramas dentro de parámetros normales o ligeramente alterados.
El objetivo es hacer el seguimiento ecográfico del crecimiento del folículo ovulatorio para poder determinar el momento exacto de la ovulación y, de esa manera, realizar la inseminación.
Cuando el folículo llega al tamaño esperado, se programa el procedimiento y se indica una medicación para asegurar la ovulación de la paciente dentro de las siguientes 36-40 hs, momento en que se realiza la inseminación intrauterina con la muestra de semen filtrada y seleccionada.
La inseminación se realiza en consultorio mediante un procedimiento sencillo en el que se coloca una cánula flexible dentro del útero y se deja la muestra de semen procesada previamente.
Eficacia de la inseminación uterina
La tasa de éxito por intento es del orden del 15%. Es por ello que se aconseja repetirlo entre 3 y 4 veces antes de pasar a un tratamiento de alta complejidad. Después de los 35 años, esta eficacia disminuye acorde a la edad reproductiva de la mujer.
¿Cuál es el riesgo de embarazo múltiple por inseminación intrauterina?
El hecho de realizar un seguimiento ovulatorio con ecografía nos brinda información útil para disminuir la probabilidad de embarazo múltiple, limitando el tratamiento al crecimiento de uno o dos folículos ovulatorios como máximo. En caso de que la paciente tenga una respuesta mayor a la esperada, se indica suspender el tratamiento y reanudar en un próximo ciclo.