Criopreservación de espermatozoides.
¿De qué se trata?
La criopreservación de espermatozoides tiene como finalidad la conservación y mantenimiento de dosis de semen a bajas temperaturas (-196ºC) en nitrógeno líquido para su posterior utilización en reproducción asistida.
La criopreservación de semen es actualmente la única alternativa para preservar el potencial reproductivo de varones que están expuestos a tratamientos potencialmente esterilizantes. Esta opción debe ofrecerse a un varón antes de comenzar la terapia oncológica. Oncólogos, cirujanos, urólogos y otros especialistas implicados en los tratamientos deben conocer, antes de empezar la quimioterapia o radioterapia, los procedimientos que probablemente afectarán la fertilidad, y el manejo del post-tratamiento de la infertilidad.
¿Cuándo y cómo criopreservar?
La criopreservación de semen debe ofrecerse a todos los pacientes diagnosticados de cáncer tan pronto como sea posible y antes de iniciar cualquier terapia.
Es necesario realizar análisis de sangre previos a la congelación seminal para determinar el riesgo infeccioso (serología de HIV, hepatitis y sífilis). Si la conservación definitiva del semen supusiera un riesgo de esta naturaleza, el paciente deberá aceptar las medidas específicas de conservación o las posibles limitaciones para su uso posterior que resulten necesarias.
El paciente entregará una primera muestra seminal, que será analizada y congelada. En función de su calidad, se aconsejará sobre el número de muestras adicionales que debe entregar para disponer de suficiente cantidad de espermatozoides congelados para su uso reproductivo posterior. Por otra parte, dependiendo de la condición inicial del eyaculado será el número de dosis obtenido y la calidad post descongelación.
1)En pacientes oncológicos
Puesto que a menudo se desconoce la posibilidad real de recuperación de la fertilidad -debido a variables tales como estadio de inicial de la patología, empleo de quimio o radioterapia y dosis- en todos los casos se recomienda criopreservar el semen antes de iniciar los tratamientos genotóxicos.
Es aconsejable la utilización de medidas anticonceptivas desde el inicio del tratamiento oncológico, y el mantenimiento de las mismas hasta seis meses a un año después de su finalización, debido a la posibilidad de alteraciones del ADN espermático.
Luego de transcurrido un año de la finalización del tratamiento, es conveniente realizar un análisis de semen para comprobar la calidad y el grado de recuperación.
Si existe deseo de gestación y el paciente no tiene espermatozoides pasado un año (azoospermia), o tiene muy pocos espermatozoides en el eyaculado (oligoastenoteratozoospermia severa), se utilizará el semen criopreservado.
Si ha transcurrido un año desde el final de la terapia oncológica, y no se consigue embarazo tras otro año de exposición coital no protegida, se recomienda realización de técnicas de reproducción asistida con el semen criopreservado en vez de la utilización del semen fresco «recuperado» post quimioterapia.
En caso de que exista una recuperación de la concentración y movilidad espermáticas, y se recurra a una técnica de reproducción asistida, es recomendable realizar un estudio de fragmentación de ADN. Si éste es normal, emplear el eyaculado. En caso contrario, es aconsejable utilizar la muestra criopreservada.
En el caso de los pacientes azoospérmicos que no han criopreservado semen, se puede intentar la recuperación de espermatozoides testiculares para utilización en reproducción asistida, o la utilización de semen de banco.